martes, 3 de febrero de 2009

Canal Latinchat

Ahora siento su cara cerca de la mía, puedo sentir su respiración y la caricia dulce del inconfundible olor de su piel. Soy un tipo profesional de 36 anos, dicen que bien parecido, muy masculino, 1, 72, 78 kg, moreno claro y cero plumas, desde muy joven siempre me han gustados los hombres, a pesar de que hoy en día estoy casado. Escuché Canal Latinchat los relatos de Carolina y me excitó, por ese día abandoné mi contacto y cada vez con más lascivia recordaba a mi canal chatear esposo y aunque teníamos chats eróticos no conseguía placer. El roce con mi mano caliente lo comenzó a poner duro y yo como si no me diera cuenta aceleraba el proceso al no permitir que se despegara de mi mano. Fernando se levanta de Javi para después poner el torso delante de él cuando éste Canal Latinchat se masturba y eyacula sobre su pecho llenándolo de semen. Ellos aceptaron y comenzaron a jugar un juego que es Canal Latinchat típico en muchos países, la verdad o se atreve (o la botella), que no me molestaré en explicar. . . No podía parar de moverme, ahora sólo una idea invadía mi Canal Latinchat mente y era la que su leche invadiera mi concha, que su leche caliente quemara mi ser, el poder saborearla, degustarla, hacerla mía otra vez como tantas otras noches. El Conde se puso de rodillas y, una a una, fué levantando las diversas prendas que la canales chatear cubrian las piernas. ?Pensabas que te iba a dejar acabar tan rápido? Te recuero que estás a mi completa disposición. Muy tiernamente esos brazos fuertes me condujeron al sofá y canales de chateo con delicadeza me ayudó a sentarme, para luego ponerse de rodillas y mientras sus manos acariciaban mis piernas, su boca buscó la mía sedienta de placer mordí sus labios, y sentí como un fuego quemaba mi garganta. Y después de comprar irán a tomar alguna cervecita, que las conozco, así q que oliera, así que cogí la toalla de bidé humedecida que había traído antes y empecé a limpiárselo. Julie continuó pasándole el dedo por el contorno de sus músculos inclinándose hacia delante dejándole una generosa vista de sus pechos, cosa que al principio Pablo trataba de no mirar, pero en los que fijó sus ojos de manera ostensible al poco rato. Meneando el culito, sentí las miradas perversas de mi novio y su padre, por lo que me agachaba a recoger las simultáneas cosas que tiraba a propósito.

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